La soldado Sarah Beckstrom, miembro de la Guardia Nacional de Estados Unidos, falleció en las últimas horas luego de resultar gravemente herida en el ataque armado ocurrido esta semana a escasos metros de la Casa Blanca, en Washington D. C. La joven militar, quien había sido intervenida de emergencia, no resistió la gravedad de los impactos.

El hecho también dejó herido a otro uniformado, identificado como Andrew Wolfe, quien permanece en condición crítica.

Las autoridades capturaron al presunto atacante, Rahmanullah Lakanwal, un refugiado afgano de 29 años que ingresó al país en 2021 bajo un programa humanitario. Según la investigación inicial, el hombre habría disparado contra los dos guardias con un revólver .357 en lo que el FBI calificó como “un ataque dirigido”.

Tras confirmarse la muerte de Beckstrom, el presidente Donald Trump se pronunció y aseguró que su gobierno responderá con firmeza:

“No vamos a permitir ataques contra nuestros soldados en nuestra propia capital. Habrá consecuencias claras y contundentes”, dijo el mandatario.

Trump ordenó reforzar la seguridad en zonas federales, aumentar la presencia militar en puntos estratégicos de Washington y acelerar la investigación para esclarecer si el atacante actuó solo o tenía algún tipo de apoyo.

La muerte de la joven guardia ha generado conmoción en el país y reaviva el debate sobre seguridad nacional, control de armas y protocolos de ingreso de refugiados.

Las autoridades continúan recopilando evidencia y ampliando entrevistas para reconstruir el recorrido y motivaciones del agresor.