#Colombia | El déficit fiscal ensombrece los avances económicos del Gobierno Petro
El proyecto de presupuesto nacional para 2026 ha vuelto a poner en el centro del debate el preocupante manejo de las finanzas públicas en Colombia. Aunque el Gobierno del presidente Gustavo Petro destaca indicadores positivos como el control de la inflación y el crecimiento del salario mínimo, el aumento del gasto público y el déficit fiscal proyectado opacan esos logros.
La propuesta presentada por el Ministerio de Hacienda contempla un presupuesto de 557 billones de pesos, con un déficit inicial de 26 billones que no cuenta con fuente de financiación clara. La cifra representa un incremento del 9% respecto al presupuesto de este año. Aunque no se trata de un aumento desproporcionado, analistas coinciden en que el país atraviesa un ciclo que exige mesura y responsabilidad fiscal. La posibilidad de cubrir ese hueco con una reforma tributaria luce cada vez más remota, dada la poca viabilidad política que tendría en el Congreso.
Voces autorizadas como la del exministro de Hacienda José Manuel Restrepo han advertido que el país se encamina hacia un modelo insostenible, con crecientes niveles de deuda y un gasto público que compromete cada vez más recursos para el pago de intereses. Actualmente, la relación deuda/PIB ha alcanzado el 61,3%, una cifra que contrasta con el 45% registrado antes de la pandemia. El Comité Autónomo de la Regla Fiscal ha fijado un límite técnico en el 71%, umbral que muchos temen se pueda sobrepasar en el mediano plazo.
A este escenario se suma la decisión del Gobierno de suspender temporalmente la regla fiscal, medida ejecutada por el nuevo ministro Germán Ávila bajo argumentos considerados poco sólidos por la comunidad técnica. La medida implica que en 2025 no habrá límites para el déficit ni para el crecimiento de la deuda pública, lo cual ha generado un fuerte llamado de atención por parte de las calificadoras de riesgo. Moody’s y Standard & Poor’s ya rebajaron la calificación de Colombia, citando incertidumbre fiscal y falta de previsibilidad.
Según Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, las proyecciones oficiales también generan desconfianza. “El año pasado el Gobierno tuvo que recortar el presupuesto dos veces. Hoy enfrentamos una deuda acumulada de 60 billones de pesos en pasivos por pagar, algo sin precedentes en la historia del país”, declaró. Además, las metas de recaudo de impuestos para 2024 no se cumplieron, lo cual agrava aún más el desequilibrio financiero.
El Marco Fiscal de Mediano Plazo publicado por el Gobierno estima que el déficit fiscal en 2025 será del 7,1% del PIB, mientras que la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF) proyecta una cifra incluso mayor, cercana al 7,5%. “Más de un tercio de los ingresos fiscales se destinan a pagar intereses. A largo plazo, ese patrón mina el crecimiento económico”, señaló José Ignacio López, director de la entidad.
Pese a las advertencias, el presidente Petro ha defendido su modelo económico basado en un mayor gasto estatal, priorizando el fortalecimiento del aparato público y la inversión social. Sin embargo, la creciente presión sobre las cuentas fiscales genera dudas sobre la sostenibilidad de ese enfoque, y deja un desafío considerable a la próxima administración.