El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, inició oficialmente el cumplimiento de su pena de 27 años de prisión, luego de que el Tribunal Supremo diera por terminados todos los recursos en su proceso y ordenara su traslado inmediato a un centro de reclusión.

Traslado y lugar de reclusión

Bolsonaro permanece detenido en la Superintendencia de la Policía Federal en Brasilia, el mismo lugar donde había estado bajo detención preventiva desde el fin de semana anterior. Su arresto se produjo tras un intento de manipular la tobillera electrónica que tenía como medida judicial, acción que fue interpretada por las autoridades como un posible intento de fuga.

El caso por el que fue condenado

La justicia determinó que Bolsonaro participó en un plan dirigido a desconocer los resultados electorales de 2022, en los que fue derrotado por Luiz Inácio Lula da Silva.

Según los magistrados, ese plan incluía la coordinación con sectores militares para promover un golpe de Estado y, presuntamente, acciones extremas contra líderes políticos.

Estado de salud y posible prisión domiciliaria

A sus 70 años, el exmandatario enfrenta problemas de salud que su defensa relaciona con las secuelas del atentado con arma blanca sufrido en 2018. Entre los síntomas reportados están vómitos, hipo persistente y episodios de ansiedad.

Por ello, sus abogados evalúan solicitar prisión domiciliaria por razones humanitarias, una vez se formalice completamente el trámite de ejecución de la condena.

Contexto político

Bolsonaro gobernó Brasil entre 2019 y 2022, periodo en el que su figura polarizó profundamente a la opinión pública. Su condena marca un hito sin precedentes en la historia reciente del país, al ser la primera vez que un expresidente es sentenciado por un plan para alterar el orden democrático tras unas elecciones.