El exjefe paramilitar Salvatore Mancuso protagonizó un giro relevante dentro de los procesos judiciales y de verdad que avanzan en el país, tras retractarse de la acusación que había formulado contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez por un presunto vínculo con el asesinato del entonces alcalde de El Roble, en Sucre. En una declaración reciente, Mancuso afirmó que no le consta que Uribe hubiera ordenado retirar el esquema de seguridad del mandatario local, elemento que, según su versión inicial, habría dejado al funcionario expuesto.

Esta retractación ocurre luego de que Uribe negara de manera reiterada cualquier participación en ese episodio, señalando que durante su gobierno se fortalecieron los esquemas de protección para distintos mandatarios y líderes en riesgo. El expresidente incluso presentó una denuncia por calumnia contra Mancuso, argumentando que su nombre había sido involucrado sin fundamento en un caso especialmente sensible para la institucionalidad.

El cambio de versión del exparamilitar abre nuevos interrogantes sobre la solidez de los testimonios aportados en el marco de procesos ante la justicia ordinaria y los mecanismos de justicia transicional. La información entregada por Mancuso ha sido clave en diversos expedientes que buscan esclarecer alianzas criminales y responsabilidades ocurridas en los años más intensos del conflicto armado, por lo que su retractación podría impactar el análisis de otros relatos previamente ofrecidos.

Las entidades judiciales y de paz evalúan actualmente las implicaciones que este giro pueda tener, tanto en los procesos en curso como en la reconstrucción histórica de los hechos que rodearon la muerte del alcalde de El Roble. Entretanto, se espera que en los próximos días se conozcan decisiones sobre la pertinencia y el alcance de esta rectificación, así como eventuales solicitudes de ampliación de verdad por parte de Mancuso ante las autoridades competentes.